El Papa Francisco animó a los religiosos españoles a ser “profetas”, es decir “hombres y mujeres de esperanza”, porque a pesar de las “incertidumbres y preocupaciones” la vida consagrada “tiene sentido”, según lo indicó en un mensaje con ocasión de la XXV Asamblea General de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) que se lleva a cabo en Madrid del 13 al 15 de noviembre.
Asimismo, el Papa Francisco afirmó que “estos años de estrecha colaboración entre religiosos y religiosas han sido, sin duda, fecundos”, gracias a que se han creado “lazos de fraternidad, reciprocidad y comunión, tanto en las tareas propias de la CONFER como a través de la solidaridad y ayuda entre consagrados y consagradas en muchos momentos y circunstancias”.
El Papa Francisco dijo que el lema de la Asamblea “Os daré un futuro lleno de esperanza”, recuerda que “el Señor nos da esperanza con sus constantes mensajes de amor y con sus sorpresas, que a veces nos pueden dejar desorientados, pero que nos ayudan a salir de nuestras clausuras mentales y espirituales”.
“El camino realizado como CONFER tiene una historia fecunda, cargada de ejemplos de dedicación y de santidad oculta y silenciosa”, dijo el Papa Francisco, que exhortó a “no escatimar esfuerzos para servir y animar la vida consagrada española, para que no le falte la memoria agradecida ni la mirada hacia el futuro”.
De este modo, el Papa Francisco aseguró que “no cabe duda de que el estado de la vida religiosa, sin ocultar incertidumbres y preocupaciones, está lleno de oportunidades y también de entusiasmo, pasión y conciencia de que la vida consagrada hoy tiene sentido”, aseveró.
Superar las dificultades
Sin embargo, el Papa Francisco mencionó algunas de las dificultades que vive hoy la vida religiosa, como “la disminución de vocaciones y el envejecimiento de sus miembros, problemas económicos y el reto de la internacionalidad y la globalización, las insidias del relativismo, la marginación y la irrelevancia social”, pero insistió en estas circunstancias se debe elevar la “esperanza en el Señor, el único que nos puede socorrer y salvar”.
Además, animó a ser “religiosos audaces, que abran nuevos caminos y un planteamiento de la cuestión vocacional como opción fundamental cristiana”, porque para que el Señor “mande trabajadores a su mies” es esencial “trabajar en la evangelización de los jóvenes para que se abran a la llamada del Señor”.
“Es este un gran desafío”, señaló el Papa Francisco, “estar al lado de los jóvenes para contagiarlos con la alegría del Evangelio y la pertenencia a Cristo” y para esto, reiteró, “cualquier momento y circunstancia puede transformarse en un kairós”.
En esta línea, el Papa animó a quienes viven la vida consagrada a caminar en santidad, y subrayó que “como religiosos debemos obsesionarnos, desgastarnos y cansarnos viviendo las obras de misericordia, que son el programa de nuestra vida”.
“No se trata de ser héroes ni de presentarnos a los demás como modelos insitió, sino de estar con los que sufren, acompañar, buscar con otros caminos alternativos, conscientes de nuestra pobreza, pero también con la confianza puesta en el Señor y en su Amor sin límites”.
Vivir con la Iglesia
El Papa Francisco también reiteró “la necesidad de volver a escuchar la llamada a vivir con la Iglesia y en la Iglesia, saliendo de esquemas y comodidades, para estar cerca de situaciones humanas de sufrimiento y desesperanza que esperan la luz del Evangelio”.
Al finalizar, el Papa Francisco insistió en “la necesidad de salir y buscar nuevas presencias para ser fieles al Evangelio y cauces del amor de Dios” y para ello, aseguró que “la vida de oración, el encuentro personal con Jesucristo, el discernimiento comunitario y el diálogo con el obispo han de ser prioritarios a la hora de tomar decisiones”.
“Tenemos que vivir con humilde audacia mirando al futuro y en actitud de escucha del Espíritu, con Él podemos ser profetas de esperanza”.